Thursday, August 02, 2007

BOGOTÁ EN UN DÍA DE SOL (1) Moncayo hizo esperar media hora a Uribe

El acceso a la Plaza de Bolívar amaneció fuertemente custodiado por la Policía, que hacía requisas minuciosas a todo el que pretendiera acercarse a las toldas donde el profesor estableció desde anoche su residencia, en el costado suroccidental de esta amplia explanada que constituye el corazón político de Colombia.

Flanqueando por su vicepresidente Francisco Santos, su Alto Comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, su ministro del Interior y de Justicia Carlos Holguín, el presidente Álvaro Uribe cumplió la cita con el profesor Gustavo Moncayo, prometida la víspera, y arribó a la plaza a las 9:15 de la mañana hora local (14:15 GMT).

Pero Moncayo no estaba para recibirlo. Sólo llegó media hora después. Se llegó a hablar de “la silla vacía”.

Adujo que estaba en misa, preparándose para la importante reunión. Por su parte, Uribe contó que “anoche le pedí mucho a Dios que me ayudara a ordenar el alma”, para poder llegar a donde Moncayo “con cariño, con respeto”. Lo esperó practicando un deporte suyo muy favorito: hablando a la prensa.

“Tú estás gritando más duro que yo. Me hiciste venir”, dijo Uribe a Moncayo por intermedio de los periodistas, mientras esperaba. Y advirtió que una cosa es el profesor y “otra cosa son los bandidos”. Ya que Moncayo ha pedido la paz y el acuerdo humanitario, el presidente recordó que “la perseverancia en la seguridad es el camino de la paz”.

“Aquí no ha habido juego de vanidades ni artificios de poder… el profesor Moncayo habla con toda sinceridad…”, dijo el mandatario mientras seguía esperando.

“Él me dijo ayer ‘lo espero mañana a las 9 de la mañana en la Plaza de Bolívar’ y aquí estoy”, dijo Uribe cuando el reloj ya marcaba las 9:30 a.m.. Para entonces, habían llegado el canciller Fernando Araújo y el subintendente de policía Frank Pinchao, ambos evadidos de las FARC cuando estaban en igual situación que el hijo del profesor Moncayo.

Faltando 10 minutos para las 10, una mujer le dijo a Uribe que su esposo fue desaparecido hace cinco años de la ciudad de Magangué, al norte del país, zona paramilitar. Uribe de inmediato dispuso que su Alto Comisionado Restrepo instalara un escritorio para recepción de quejas.

En Colombia las cifras de secuestro varían de acuerdo con la conveniencia. Hoy se dice que son tres mil o cinco mil, pero cuando se muestran avances en seguridad se habla de 800. En todo caso se está revelando que las víctimas de desaparición forzada llegan a 30 mil.

A las 9:54 Moncayo apareció con una niña de tres años en sus brazos. La gente aplaudió el encuentro de los dos protagonistas y la ansiada reunión comenzó de inmediato, “a carpa cerrada”, en el toldo acondicionado por la alcaldía como oficina de Moncayo, en plena Plaza de Bolívar.

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